De la niñita Adela Mitchell y Perla
(A sus padres)
¡Ay, el mayor dolor de los dolores
no es recordar los días de ventura
en medio de la mísera amargura,
como lo dijo Dante.
no; que el mayor dolor de los dolores
es contemplar la pálida hermosura
de la hija idolatrada,
emblema del amor y la ternura
presa del estertor de la agonía
y ver como se extingue su mirada
que ayer nos sonreía
lánguida, vaga, incierta:
¡tocar sus manos y sentirla fría!
¡besar su rostro y encontrarla muerta!
Luis Benjamín Cisneros. Lima, 1899.
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